lunes, 25 de julio de 2016

Cómo es que podemos saber la edad de un fósil con el carbono 14


Lejos de ser una metodología de estudio ajena a la población media, está bien extendido, en España al menos, que la datación de fósiles se suele realizar por medio de datación de radiocarbono o carbono 14 (aunque no es el único método, como ya veremos en otro artículo), pero normalmente cuando preguntas a la gente que como funciona te suelen mirar con cara rara, y es por ello que vamos a explicarlo aquí.


En primer lugar, tenemos que saber que los átomos, dependiendo de los neutrones que tengan en su núcleo, forman diferentes isótopos de un mismo elemento, es decir, en el caso del carbono, hay diferentes "tipos" de carbono, ergo, diferentes isótopos del mismo. El más común en la naturaleza es el carbono 12, y el menos común con diferencia (tan solo el 10^-10% de átomos de carbono de la naturaleza son este isótopo, el 0,0000000001%) es el carbono 14, el que nos interesa para la datación. Y es que nos interesa no porque sea más chulo que el resto, sino porque es un isótopo inestable y radiactivo. Esto lo que significa es que se desintegra con el paso del tiempo, en concreto con el paso de unos 5730 años terrestres se reduce a la mitad (con 40 años de error).

Una vez vistas las características de nuestro amigo el carbono 14 toca hablar de la datación como tal, de la radiometría que hoy nos dice cuan viejos son los huesos hallados en Atapuerca, por ejemplo. Los seres vivos incorporan a su organismo durante su periodo de vida (valga la redundancia) partículas de carbono 14 constantemente, pese a la poca abundancia del mismo, y esto es así porque nos llegan constantemente rayos cósmicos del espacio. Estos rayos cósmicos, que traen un porrón de átomos consigo, y transportan también este isótopo, que se incorpora tanto a la atmósfera terrestre, como a la hidrosfera, a los océanos y en más sitios. Por lo tanto, cuando los seres vivos respiran (tanto aire como agua), adquieren dosis de carbono 14 que, al ser absorbido de aire o agua, mantiene un equilibrio proporcional con las dosis que se encuentra en el medio (también se puede incorporar dicho isótopo en la alimentación), lo que significa que sabemos la concentración de carbono 14 hay en un organismo cuando esta vivo. Ahora bien, cuando muere el organismo deja de incorporar carbono 14, porque generalmente los muertos ni comen ni respiran, y aquí es donde entra la propiedad que más nos interesa del carbono 14, su radiactividad. Gracias a que se va desintegrando con el paso del tiempo, simplemente midiendo la cantidad de carbono 14 que encontramos en un resto orgánico, que alguna vez estuvo vivo, somos capaces de determinar su edad por el carbono que le queda, puesto que sabemos además que transcurridos aproximadamente 5730 años se reduce al 50%. La concentración y su datación se puede medir conforme a la ley de decaimiento radiactivo (con un decaimiento inversamente exponencial al tiempo), por lo que ya tenemos todos los ingredientes para saber la edad de un ser vivo más viejo de 5730 años sin resultar demasiado groseros preguntando.

Actividad radiactiva
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2 comentarios:

  1. Hay varias imprecisiones, pero el error más grave es asumir que el tiempo de vida media (que son los 5730 años) de un radioisótopo es el tiempo en el que éste desaparece por completo, craso error: el tiempo de vida media, señala en realidad el tiempo que tomará para una cantidad inicial N_0 (el _ indica subíndice) de un determinado componente, disminuir a la mitad de la cantidad original, es decir N(t_1/2) = 0.5N_0, donde N(t_1/2) es la cantidad al tiempo de vida media.

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